domingo, 14 de octubre de 2012

Dejame acompañarte

Un beso en mitad de ninguna parte, una farola es el único testigo... y a su tenue luz sus ojos brillan radiantes como su sonrisa. Ese estado en el que te sientes ligero se apodera de mi mientras nuestros labios se separan poco a poco. El frío desaparece, es como si no existiera... y es sustituido por una sensación cálida en mi interior.
La miro como abre lentamente los ojos para asegurar donde está, y cuando consigue ubicarse niega con la cabeza y sonríe, con esa sonrisa que prende en mi interior el deseo de volver a besarla y pasarnos toda la noche así, sin importar lo que pueda pasar.
Me pierdo en sus ojos... no puedo dejar de mirar sus ojos  ¿Por qué? ¿Qué tienen? ¿Por qué tiran de mi? Es como si fueran un imán para mi, los veo y si me miran mis piernas se mueven solas en su busca.
pero no, esta noche no...

3 comentarios:

  1. Ya sabes como son estas cosas casi siempre me lo invento

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  2. Dicen que todos los cuentos tienen algo de real, y que todo buen escritor deja en cada relato algo de su experiencia ;) Mitad realidad mitad fantasía, es la receta perfecta

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